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Vacunación no obligatoria: otra mirada sobre la política sanitaria

  • Foto del escritor: Delfina De la Vega
    Delfina De la Vega
  • 28 sept 2021
  • 3 Min. de lectura

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La Liga Argentina sin Vacunas y distintos especialistas se manifiestan en contra del Calendario Nacional de Vacunación y proponen que su cumplimiento parta de una elección libre e individual.

El pasado viernes, el Secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, reconoció que hay demoras de distribución y faltantes de vacunas obligatorias del Calendario Nacional desde fines del 2018. De acuerdo al funcionario, la devaluación de los últimos meses dificultó la compra de las 41 millones de dosis de las 20 vacunas del calendario que la Subsecretaría de Prevención y Control de Enfermedades Comunicables e Inmunoprevenibles de la Nación recomienda adquirir anualmente. La credibilidad sobre la salud pública decrece a partir del inconveniente, y en su lugar gana relevancia el discurso contra la obligatoriedad de la vacuna y el rol que se le asigna al Estado como garante de este derecho.


El debate entre los defensores de las vacunas y sus detractores se traduce en la llamada “inmunidad colectiva o de rebaño”. Se estima que el 95% de la población debe estar vacunada para evitar la propagación de una enfermedad. Sobre esto, Eduardo Ángel Yahbes, médico homeópata y presidente de la Asociación Médica Homeopática Argentina, asegura que “la inmunización colectiva no funciona”, y plantea: “Si los no vacunados se enferman menos, ¿por qué van a contagiar a los vacunados?”. El problema, según los especialistas del Ministerio de Salud, es que: “Si tenemos dentro de una población personas sin vacunar y se enferman, no solo ponen en riesgo su salud, sino también la de quienes las rodean”.


La Liga Argentina sin Vacunas, colectivo que se opone a la vacunación obligatoria, considera que la misma es una intervención médica riesgosa propensa a causar lesiones, discapacidad y muerte, y no garantiza la inmunización de enfermedades. De acuerdo a su creador, Matías Díaz: “lo que la gente entiende por inmunidad es que la vacuna va a evitar que te infectes o que transportes microorganismos en tu cuerpo, de modo tal de impedir que puedas contagiar a otras personas. Pero eso no funciona así”. Este investigador independiente aclara que esto es posible solo al contraer una infección en un entorno natural.

La repentina baja de la tasa de vacunación resulta un tema preocupante para Carla Vizzotti, integrante de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE). "Cada persona que no se vacuna permanece susceptible a enfermar, y ese es un riesgo individual, pero si se acumulan los susceptibles, se genera un riesgo para la salud pública", explica. Entre las causas del repentino cambio, señala los movimientos que impactan sobre la confianza de la población en la vacuna, como lo son los grupos que adhieren a un estilo de vida naturista y evaden lo farmacológico.


Experiencias personales sobre las secuelas de la vacunación


Las vacunas, o la ausencia de ellas, afectan de maneras diversas a la población. Sus efectos colaterales pueden resurgir como una nueva enfermedad, y los niños son los más propensos a padecer esta consecuencia. Algunos padres cuentan qué impacto han generado en sus hijos.

"Todos los días, atiendo niños con alergias y trastornos de comportamiento por vacunas. La recuperación no es sencilla”, señala el pediatra Eduardo Yahbes. Es el caso del hijo de Mariano Fernández: a los días de aplicarle la vacuna triple vírica, empezó a sufrir síntomas como náuseas y fiebre, y fue diagnosticado con trastorno de espectro autista.


Según Mariano, los niños en su primer año reciben una gran cantidad de aluminio y mercurio a través de las vacunas, generando desequilibrio en el sistema nervioso. Cita como ejemplo la aplicación contra la hepatitis B, y expresa: “¡Una vacuna de transmisión sexual para un bebé! Esa gente está preocupada en vender. Te sentís estafado al encontrar esos efectos en tu hijo”.

“Mi decisión de no vacunar a mi hijo en contra de la varicela nos afectó para siempre”, dice Ivonne Vicuña, consejera sobre maternidad en la cuenta de Twitter @Preguntamama. Su hijo de seis años no fue vacunado contra la varicela. Hoy padece el Síndrome de Ramsay Hunt, sufre de vértigo y tiene un párpado caído. “Nos arrepentimos siempre de nuestra decisión, y siempre que podamos, lo contaremos a otros padres”.




 
 
 

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