La gran Kahlo
- Delfina De la Vega
- 18 jun 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 28 sept 2021

Pintora y poeta mexicana nacida en Coyoacán el 6 de Julio de 1907, su nombre real era Magdalena Carmen Frieda Kahlo Calderón.
Los temas recurrentes en sus obras giraban en torno a su biografía y a su propio sufrimiento. Fue autora de unas 200 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó sus dificultades por sobrevivir.
Logró el empoderamiento de las mujeres creativas, apasionadas y con una gran pasión por vivir la vida sin prejuicios ni miedos.
Las obras de Frida y la de su marido, el reconocido pintor Diego Rivera, se influyeron mutuamente. Compartían el gusto por el arte popular mexicano de raíces indígenas. Pero su obra alcanzó verdadero reconocimiento internacional luego de su muerte.
Tras su trágica vida, supo renacer y convertirse en una de las artistas mexicanas mas influyentes de los últimos años. Convirtió su sufrimiento en obras de arte.
Este comenzó desde muy pequeña, a los 4 años de edad la diagnosticaron de poliomielitis, enfermedad que provoca atrofia y parálisis muscular la obligó a pasar largos periodos en cama.
Desde joven rompía con los roles que se suponía debían cumplir las mujeres de la época, para su rehabilitación practicaba boxeo y fútbol, deportes poco comunes en una dama, ya de adolescente vestía como un hombre con el cabello corto.
En 1925, sufrió un grave accidente. La pintura se volvió una salida de escape a su dolor. De ahí en adelante la pintura se volvería parte fundamental de su existencia.
Un pintor francés intentó convencerla de que sus obras eran surrealistas, a lo que ella sabiamente escribió en uno de sus diarios :
"Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños. Pinté mi propia realidad"
"Me pinto a mí misma, porque soy a quien mejor conozco."
Las dos Fridas 1939.

A través de esta obra expresó el profundo dolor que sentía por el final de una relación complicada llena de heridas emocionales; en una Frida el corazón está destruido, roto, demuestra que una parte de ella murió, porque se la llevo su ex esposo dejándola a la deriva en un mundo de sufrimiento que ella intenta cortar con las tijeras que lleva en su mano derecha, pero no lo consigue.
Por otro lado, se ve a una mujer que una vez estuvo enamorada, con el corazón fuerte, grande y latiendo, tiene en su mano derecha un mini retrato de su ser amado, lleva puesto el vestido favorito de su esposo.
Ambas están unidas a través de una vena que se conecta a sus corazones, esto significa la unión entre el presente y el pasado. Este fue el primer autorretrato que hizo a gran escalada. Logró expresar el gran vacío que sentía en su interior y no solo en la emotividad de la obra, sino que también a través del uso de un gran espacio porque solo ahí podía caber ese enorme sufrimiento.
Autorretrato con collar de espinas y colibrí 1940.

Conoció al pintor Diego Rivera, a quién le pidió una opinión su obra y quedó encantado tanto con sus cuadros como con ella.
El 21 de agosto de 1929 se casaron y a partir de entonces comenzaron una relación apasionada y amorosa, pero también amarga y con muchas infidelidades por parte de ambos. A pesar de sus episodios de odio y celos, la pareja lograba complementarse a la perfección.
Tras el éxito de su esposo se mudaron a Nueva York, ciudad que ella nuca amo y criticó duramente en sus pinturas. Su estilo la hacia única, llevaba polleras largas, aretes coloridos, collares de piedras y flores que adornaban su cabello.
Frida había decidido usar faldas y vestidos largos para disimular los problemas de su pierna. Se volvió un ícono de moda y en octubre de 1937 fue retratada para la revista Vogue.
El matrimonio regresó a México y para finales de la década de los 30, Kahlo se conviertió en amante del revolucionario comunista ucraniano León Trostky, a quien habían exiliado en su casa.
1938, año en que Frida expuso por primera vez en Nueva York, luego lo haría en París y otras ciudades de Europa. Un año más tarde se divorció de Diego Rivera, esos años fueron los más importantes de su carrera y de los más depresivos de su vida.
Desafortunadamente para 1953 su salud se encontraba frágil e incluso le tuvieron que amputar la pierna a causa de una gangrena, este episodio la sumergió en una depresión profunda que la llevó a intentar el suicidio en múltiples ocasiones. Fué en esta época donde más escribió en su diario poemas y pensamientos llenos de dolor y sufrimiento. De allí viene su famosa frase:
“Pies, ¿para qué los quiero si tengo alas para volar?”
El 13 de julio de 1954 el dolor se despojó de su cuerpo y la dejó descansar, sus restos fueron velados en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. Las últimas palabras de la célebre Frida Kahlo fueron:
"Espero alegre la salida y espero no volver jamás”.
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